Alcoholismo
Alcoholismo:adicción mortal
Fuente. Bakewell, 2009
Sirino
(2015) explica que el consumo de alcohol por el ser humano ha sido una práctica
cultural que le ha acompañado toda su historia y que, por tanto, explicar esta
relación, es muy complejo, aunque puntualiza que, una embriaguez aislada no
convierte a nadie en alcohólico. Sin embargo, consigna que una persona que “se caracteriza por depender del alcohol, tanto física como
psíquicamente, y sufrir la imposibilidad de detenerse ante una copa de alcohol,
causándole síntomas de abstinencia la falta de la bebida, es un alcohólico”
(p.3). El problema preocupante es que esta adicción afecta cada vez más a mayor
número de adolescentes.
OMS (2018) expone que las bebidas
alcohólicas, por estar ligadas a
significados de posición social, como en el caso de las marcas
exclusivas, tienen un mayor poder comercial y por tanto, las políticas de
control o restricción del empleo
abusivo o dañino de éstas, se dificulta porque los productores
promueven ideas como el beber con responsabilidad y hacerlo en
círculos sociales definidos, desplazando la causa de los efectos dañinos del
consumo de alcohol hacia el área de la responsabilidad o no del consumidor.
Estos mensajes no indican cuando parar ni sugieren que es mejor no tomar, con
lo cual son ambiguos y promueven el consumo excesivo del alcohol, perjudicando
a la salud de las personas.
Por tanto, OMS (2010) estableció la
estrategia mundial para luchar contra el alcoholismo nocivo, considerando que
este problema no era solamente un asunto de salud mundial sino de desarrollo,
ya que afecta mucho más a los países pobres, de modo que se hace necesaria la
acción normativa y la implementación de infraestructuras que permitan la
prevención. Con ello, se busca la cooperación internacional, mejorar la
morbilidad, reducir los riesgos de salud de la población, reducir el número de
conductores que manejan en estado de ebriedad.
OMS (2010) promueve la lucha contra el
alcoholismo nocivo porque esta práctica tiene
Graves repercusiones en la salud pública y es considerado uno de
los principales factores de riesgo de la mala salud a nivel mundial. Esta idea
abarca el consumo de alcohol que provoca efectos sanitarios y sociales
perjudiciales para el bebedor, para quienes lo rodean y para la sociedad en
general, así como las pautas de consumo de alcohol asociadas a un mayor riesgo de
resultados sanitarios perjudiciales. Compromete tanto el desarrollo individual
como el social, y puede arruinar la vida del bebedor, devastar a su familia y
desgarrar la urdimbre de la comunidad. (p.5)
Muciño (2014) describe en detalle las fases del alcoholismo, como las concebía
Jellinek, al considerar el alcoholismo como enfermedad progresiva. Expone
cuatro fases específicas, siendo las dos primeras sintomáticas y las dos
últimas de severa dependencia psicológica al alcohol. Esta concepción es útil porque permite
ubicar en que punto de la adicción está
el afectado y facilita la intervención biopsicosocial para la rehabilitación u
orienta la acción preventiva.
Fases de la adicción
alcohólica
Fuente. Muciño (2014),
p.16
La descripción de las fases, según Muciño
(2014) es la siguiente:
Fase
prealcohólica. El consumo se debe a que el
alcohol proporciona alivio de estados emocionales no placenteros, pero con el
tiempo se desarrolla tolerancia, de modo que se consume mayor cantidad, sin
lograr la embriaguez.
Fase prodrómica. Se caracteriza por un
avance lento y progresivo de las necesidades de ingesta de alcohol,
caracterizándose por lagunas mentales, beber a escondidas, preocuparse si no
hay alcohol disponible, beber con avidez, evitar hablar del alcohol y de la
enfermedad.
Fase crítica. Es la etapa en la que se desarrolla la enfermedad, el
autoengaño, los problemas a nivel psicológico, familiar, laboral, etc., debido
a que la vida del adicto gira en torno al alcohol, buscando pretextos para
consumirlo, incapaz de parar, con lo cual desarrolla sentimientos de
remordimiento; se vuelve fanfarrón y grandioso y puede llegar a la violencia.
Abandona el empleo y los intereses sociales, así como profesionales,
disminuyendo el interés sexual, porque todo se enfoca en el alcohol, sin
importarle el rechazo que otros tienen de él, particularmente en el seno
familiar.
Fase Crónica. Es la etapa en la que, debido al desarrollo de síntomas de
abstinencia, la persona debe estar ebria sin interrupción, siendo común beber
sin parar por períodos prolongados (8 o más días). Existe decaimiento moral, de
las capacidades mentales, socialización con personas degradadas social y
moralmente, psicosis alcohólica y consumo de productos industriales que tengan
alcohol. Se presentan temblores de las manos y afecciones psicomotoras,
preludio de una hospitalización y de la muerte.
Adicción alcohólica
El alcohol encadena y destruye tu vida
Fuente.https://yandex.ru/images
Según la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (AETS), Instituto de Salud Carlos III - Ministerio de Sanidad y Consumo(2002),La dependencia
alcohólica es una condición multifactorial en la que pueden concurrir elementos
de diversa naturaleza, factores genéticos, psicológicos, sociales y ambientales
que inclinan progresivamente al paciente al consumo del alcohol hasta
instalarlo en el abuso, con su correspondiente rémora de comorbilidades médicas
y psiquiátricas. Paralelamente, los abordajes para su tratamiento pueden
responder a objetivos tan distintos como: prevenir la aparición o progresión de
las morbilidades asociadas, prevenir la marginalidad o propiciar la integración
familiar, laboral y social del paciente. Los nuevos conocimientos de la
neurobiología de esta dependencia, que relacionan la compulsión o craving con
disfunciones neuronales específicas, han abierto una nueva línea
farmacoterapéutica centrada en revertir tales alteraciones. Este nuevo enfoque
se sustenta en los fármacos denominados anticraving, cuyos máximos exponentes
son: por una parte, la naltrexona o, accesoriamente, su homólogo metilénico, el
nalmefeno, y, por otra, el acamprosato.